Alucionaciones – Saks

sapere aude

Sapere Aude  –  Rogelio Rodríguez

La máquina de ilusiones

 

Le debo a Oliver Sacks el gozo de unas lecturas amenas y sumamente instructivas.   Llegué a las obras de este neurólogo y ensayista británico  después de leer una nota en la prensa sobre su fallecimiento (murió en agosto de 2015, víctima de un cáncer) en la que se citaban frases de un último artículo suyo escrito en un periódico. Allí decía que tenía temor, pero que se iba de esta vida con un sentimiento mayor: el de la gratitud por todas las experiencias vividas en este hermoso planeta. El solo hecho de existir como un animal pensante era, para él, un privilegio y una aventura.

Un conjunto de libros muy interesantes y entretenidos de divulgación científica muestra el fruto de su acuciante y apasionado empeño por desentrañar los misterios de la mente humana.  Sacks propone denominar “neurología de la identidad” a sus investigaciones, pues están centradas en aquellos trastornos cerebrales que afectan fundamentalmente al yo de los pacientes. 

Todavía hay muchos aspectos de la vasta complejidad del cerebro humano que están ocultos a la indagación científica.  Pero, asimismo, hay ya muchas cosas que se saben y Sacks las enseña en sus escritos con claro y grato estilo, sin que ello reste profundidad a su reflexión.

Del estudio y tratamiento de sus pacientes han surgido títulos como Un antropólogo en Marte, Despertares (se filmó una película basada en este libro), Con una sola pierna, Veo una voz, Alucinaciones, Viaje a Oaxaca y El hombre que confundió a su mujer con un sombrero. Las traducciones al español de estas obras se han editado todas en Anagrama.

 

En movimiento. Una vida, su autobiografía, se ha publicado póstumamente (Anagrama, 2015). Sacks  proporciona al lector, en estas páginas, un retrato descarnado de sí mismo; una confesión íntima, franca y emocionante de su existencia intensa y compleja. 

Pero quiero destacar aquí, especialmente, su libro Alucinaciones (Anagrama, 2013).  En ella, Sacks reúne un conjunto de casos clínicos en que pacientes sufren percepciones  –visuales, auditivas, táctiles u olfativas–  en ausencia de realidades externas.  En las percepciones normales, que pueden ser compartidas entre las personas, el cerebro juega un rol primordial…  y lo juega también en las alucinaciones, aunque aquí el cerebro de un individuo crea lo que él percibe, mientras que los que están junto a él no perciben nada.  En las páginas de este libro desfila  –a modo de antología–  una amplia variedad de experiencias alucinatorias.

No es poco lo que se ha investigado en este campo.  En las últimas décadas, la tecnología médica ha logrado medir las actividades eléctricas y metabólicas mientras los pacientes alucinan. Ello junto a investigaciones con electrodos implantados en enfermos con trastornos cerebrales graves (como epilepsia severa), han permitido también definir qué partes del cerebro son responsables de los diferentes tipos de alucinación. 

No hay dudas de que  –como señala nuestro autor–  desde antiguo las alucinaciones han ocupado un lugar importante en nuestra vida mental y en nuestra cultura.  Escribe: “Podríamos preguntarnos hasta qué punto las experiencias alucinatorias han dado lugar a nuestro arte, nuestro folklore e incluso nuestra religión”.

Fiel a su vocación científica y a su amplio y profundo conocimiento del poder del cerebro para crear “realidades inexistentes”, Sacks exhibe un sano y permanente escepticismo ante supuestas manifestaciones de fenómenos paranormales: por ejemplo, hacia quienes dicen haber vislumbrado el más allá y regresado de la muerte; hacia quienes afirman haber experimentado visiones místicas; hacia quienes indican sentir la presencia de dobles o fantasmas; hacia quienes aseguran poder escaparse del propio cuerpo y flotar por el espacio y hacia quienes pretenden tener comunicación con los espíritus.  Él sabe mejor que nadie que ciertos trastornos neurológicos, como Parkinson, epilepsia, migraña y parálisis del sueño, o algunas lesiones cerebrales  –afecciones que convierten al cerebro en una máquina de ilusiones y delirios–,  son la explicación más apropiada de estas “vivencias metafísicas”.  Ha comprobado por largos años que el cerebro humano es capaz de imaginar, ver, escuchar, oler  e incluso tocar cosas aun cuando no existe nada “ahí afuera” que percibir. 

Un buen tónico para el pensamiento ilustrado, este libro.

ALUCINACIONES, de Oliver Sacks.  Editorial Anagrama, Barcelona, 2013. [345  págs.]

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