Para la periodista y escritora española, Julia Navarro, Recip Tayyip Erdogan es un adversario formidable capaz de cualquier cosa porque tiene osadía y fe. Una combinación explosiva. Con una larga trayectoria periodística, Julia Navarro ha opinado en ElEspañol.com (24/05/17), en un artículo titulado «Turquía no es Europa», que en ese país hoy apenas queda nada del legado de Kemal Atatürk el inspirador de la Turquía moderna, gracias a lo cual, durante décadas fue un Estado laico con una legislación en muchos aspectos avanzada sobre todo comparada con las demás países de la zona.
Atatürk abolió la poligamia y la «sharia», prohibió el uso del velo a las mujeres a las que además les dio el derecho al voto del que carecían hasta ese momento, y cerró las madrazas e impuso la educación obligatoria, gratuita y laica.
En el siglo XXI ese país ha dado unos cuantos pasos atrás. De eso se ha encargado Recip Tayyip Erdogan que ha devuelto a Turquía a tiempos pretéritos.
La religión vuelve a ser la línea conductora del Estado y por tanto de la sociedad. Y no solo eso, sino que los atisbos de modernidad se han ido apagando. Pero lo realmente más preocupante, dice Julia Navarro, es que la Turquía de Erdogan no es precisamente un Estado con usos democráticos.
Se persigue y encarcela a sus adversarios políticos, se llevan a cabo «purgas» contra los disidentes, no hay la libertad de expresión, son numerosos los periodistas detenidos y encarcelados, las mujeres vuelven a esconderse tras el velo, y su política ambigua respecto al ISIS, son algunos de los puntos negros del gobierno de Erdogan.
