Los Turcos y la Teoría de la Evolución

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Sapere Aude  –  Rogelio Rodríguez

Los Turcos y la Teoría de la Evolución

 

Leo hoy en El Mercurio – 6 de julio de 2017 – que el Ministerio de Educación de Turquía ha decidido eliminar de los planes de enseñanza media la teoría de la evolución. Seguramente esta reforma tiene que ver con el retorno, desde ya hace años, del presidente Erdogan a un integrismo religioso de lo más duro e irracional (él lo ha denominado “democratización”, pero no es otra cosa que deshacerse de la herencia laica establecida por Kemal Atatürk).  Afortunadamente para la imagen de Turquía, se añade que esta medida ha provocado entre la población “una ola de indignación”.

 

La evolución ya no es una teoría, sino un hecho científico. Cada día aparecen nuevas pruebas a su favor y más sólidas que nunca.  Cuando la evidencia a favor de una teoría es abrumadoramente grande, seguir llamándola teoría puede confundir a las mentes ignorantes o dar armas a quienes se oponen a ella. Porque quienes niegan la evolución  –como seguramente el ministro turco de Educación–  se apoyan en que “es solamente una teoría”.

También se podría decir que es una teoría la que afirma que la Tierra gira alrededor del sol, pero ya nadie en su sano juicio la pone en duda; se acepta como un hecho científico establecido el movimiento heliocéntrico de nuestro planeta.

DawkinsEvolucionNegar la evolución es empresa semejante a negar el Imperio Romano o a dudar del Holocausto nazi.  Si ocurriese lo primero, los profesores de Historia de Roma se verían forzados a emplear tiempo y esfuerzo en la defensa de los hechos ciertamente ocurridos en el mundo antiguo.  Si ocurriese lo segundo  (y esto ocurre a veces, efectiva y lamentablemente), los historiadores de nuestra época se tendrían que enfrentar a poderosos prejuicios antisionistas.

La situación de muchos profesores de ciencia es hoy equivalente a lo señalado en el párrafo anterior: cuando exploran y explican la naturaleza de la vida en el contexto de la evolución, son acosados, amenazados y perseguidos, en muchos lugares del planeta, por quienes han adoptado creencias religiosas fundamentalistas  – como los turcos islamistas seguidores de Erdogan – y tienen a Dios como creador de la existencia. Para estos  – los creyentes en una creación divina –, la teoría darwiniana de la evolución puede ser (y es) cuestionada.

Hay un libro de Richard Dawkins, el biólogo inglés, que trata exclusivamente de la evolución. Es un tema que este autor ha tratado en obras anteriores,  pero en ninguna de ellas aparecían pruebas del hecho de la evolución; se partía asumiéndola ya como algo real. En estas páginas, como detectives que llegamos a una escena del crimen después de cometido el delito, vamos rehaciendo el pasado a partir de las huellas con que contamos.

Y las pruebas que nos va indicando Dawkins provienen de diferentes ámbitos: primero, la enorme cantidad disponible de fósiles animales y humanos nos permiten documentar plenamente la historia evolutiva (y nos facultan para dejar de hablar del “eslabón perdido”, ya que un suministro rico de fósiles intermedios enlaza al ser humano moderno con el antepasado común que comparte con otros primates); segundo, la teoría moderna de las placas tectónicas  – sólidamente establecida –  aporta numerosas evidencias explicativas de la distribución de los fósiles y las criaturas vivas y nos ofrece aún más pruebas de la extrema antigüedad de la Tierra (suceso que se contrapone a la especulación creacionista de la edad de seis mil años de nuestro planeta); tercero, aunque no se hubiera encontrado ni un solo fósil (lo que no es así, como se ha dicho), las pruebas que provienen de los animales que han sobrevivido son más que suficientes para demostrar que Darwin está en lo cierto: a la evidencia comparativa anatómica se agrega hoy la genética molecular.  La historia evolutiva está escrita en los cuerpos vivos que pueblan la Tierra.

Prejuicios inveterados y obstinada incultura solamente pueden hacer dudar de que el origen de la vida, en general, y de la vida humana, en particular,  puede ser clara y simplemente explicado por la idea darwiniana de la evolución por selección natural no aleatoria. La teoría de la evolución – el mayor espectáculo sobre la Tierra –  es ya, al igual que la teoría heliocéntrica, un hecho cierto.  Por más que les pese a los ignorantes y fanáticamente religiosos funcionarios del ministerio turco de Educación.

EVOLUCIÓN. EL MAYOR ESPECTÁCULO SOBRE LA TIERRA, de Richard Dawkins.  Espasa Libros, Madrid, 2010.

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