Los organizadores de la conferencia sobre el pensamiento libre, efectuada hace pocos días en Londres, han señalado que han reunido «la mayor cantidad de ex musulmanes de la historia». Bajo el nombre de “Conferencia Internacional sobre Libertad de Conciencia y Expresión”, tuvo lugar el reciente fin de semana en Londres. Fue organizado por la secularista y ex-activista musulmana Maryam Namazie, y expusieron sus puntas de vista más de 70 oradores de 30 países. El encuentro fue identificado anpalogamente como «el Glastonbury de los librepensadores».
La conferencia destacó las voces de una amplia gama de personas que se resisten al islamismo, y se proyectó una película de Deeyah Khan, que mostró la persecución que enfrentan los ex musulmanes. En una protesta de arte público, 99 globos representaron a los muertos o encarcelados por blasfemia y apostasía. Algunos asistentes mostraron sus cuerpos pintados como parte de un evento de activismo artístico.
Los debates se centraron en la relación entre el islam y el islamismo, y la amenaza que plantea el comunalismo a los derechos universales; las leyes de facto contra la blasfemia, el papel del arte como forma de resistencia y el secularismo como un derecho humano.
También, el Consejo de Ex-Musulmanes de Gran Bretaña (CEMB) honró a diez personas para celebrar su décimo aniversario. Entre ellos, el librepensador saudita Raif Badawi, Gita Sahgal y Yasmin Rehman del Centro para el Espacio Secular; y al blogger bangladeshí Bonya Ahmed.
La conferencia señaló que 13 estados y territorios islámicos castigaron la apostasía y la blasfemia con la muerte, y llamó a «desafiar al fundamentalismo religioso, especialmente al islamismo». Hubo una crítica a las organizaciones de derechos humanos y a los gobiernos por no investigar las redes transnacionales que promueven la violencia religiosa. La conferencia denunció también «el racismo, la xenofobia y el extremismo de extrema derecha».
La Declaración de los Librepensadores pidió el término de los asesinatos de apóstatas y blasfemos; exigió la libertad de los librepensadores en prisión; la derogación de las leyes de apostasía y blasfemia; el derecho a la libertad de religión; la protección del derecho a ofender, y que la libertad de conciencia debe estar explícitamente incluida en los documentos universales de derechos humanos.
Stephen Evans, director de las campañas de National Secular Society, que asistió al evento, dijo: «Esta inspiradora conferencia dio una visión seria sobre la persecución a la que se enfrentan muchos de aquellos cuyo único crimen es pensar por sí mismos”.
