Reacciones ante fanatismo en Te Deum de Jotabeche

“Pido perdón, como pastor luterano, protestante y evangélico, a los chilenos que vieron una vez más la peor cara de la iglesia. Me parece vergonzoso que la agenda valórica sea lo único que escuchamos de pastores que debieran predicar el amor de Dios. ¿Acaso el Estado les obliga a abortar? No. ¿Acaso el Estado les obliga a contraer matrimonio homosexual? No”. Con estas palabras el pastor luterano Rodolfo Olivera Obermöller, de esa confesión radicada en Valparaíso, salió al paso de las conductas observadas por el integrismo neopentecostal en el llamado Te Deum evangélico de Jotabeche, encabezado por el obispo Eduardo Durán (en la foto).

 En carta dirigida al medio LaTercera.cl.  expresa:

“Entonces, ¿por qué se afanan en privar a los chilenos de sus bien ganadas libertades, en vez de educar a sus fieles para que hagan lo correcto desde su propia libertad en la fe? ¿Qué parte no entendieron las iglesias sobre la separación entre Iglesia y Estado en la Reforma? ”

“Si quieren protestar contra las autoridades, al menos háganlo por aquello que vale la pena: en contra de la corrupción, la pobreza, la atención a ancianos y niños, derechos de los inmigrantes, las personas abusadas y excluidas. Estas son las necesidades del mundo y las que debemos denunciar. Luchemos para que la gente tenga más derechos y dignidad y no para privar de libertad a los que necesitan de ella. ¿Para esto querían libertad de culto? Los padres de la Reforma la usamos para predicar sobre el perdón y la inclusión de Dios, no para discriminar y odiar en nombre de un Dios que solo sabe de amor”.

“En el mismo medio, el pastor recibió el apoyo del Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales, Roberto Torretti, quien escribió: “Comparto plenamente los sentimientos del Pastor Rodolfo Olivera Obermüller en su carta “Iglesia y Estado”. Sin embargo, me sorprende que hable de “la separación entre Iglesia y Estado en la Reforma”. Por lo que sé, la Reforma se caracterizó más bien por la total subordinación del Estado a la Iglesia (en la Ginebra de Calvino) o de la Iglesia al Estado (en la Inglaterra de Enrique VIII)”.

“En el Imperio Alemán, donde se inició la Reforma, acabó prevaleciendo el principio “cuius regio eius religio”, vale decir, la religión del príncipe es la religión de todos (así, en Sajonia, el luteranismo patrocinado por el príncipe elector Johann Friedrich I, protector de Lutero; en Austria, el catolicismo profesado por los Habsburgos). El primer país cristiano sin una Iglesia oficial fue EE.UU., cuya Constitución -obra de una elite ilustrada, mayormente deísta y organizada en logias masónicas- no permite al Congreso legislar sobre el establecimiento de una religión ni prohibir el libre ejercicio de cualquiera”.

Mientras tanto, el vicepresidente del Partido Humanista, Tomás Hirsch, en declaraciones a ElMostrador.cl, aseguró que los presidentes de la República no pueden asistir más a los actos religiosos que se realizan anualmente en nuestro país, “de una vez por todas, los mandatarios deben dejar de participar en este tipo de conmemoraciones, a menos que lo hagan a nivel personal, pero no puede seguir siendo un acto de Estado”.

El frente amplista, enfatizó que “las iglesias no deben meterse en aquello que le corresponde al Estado. La Iglesia tiene que estar en lo suyo -que son los temas religiosos-, pero no pueden estar haciendo estos actos públicos para imponer su voluntad”.

“Según el vocero humanista el tema de fondo de esta situación es el por qué un Presidente de la República tiene que ir a un Te Deum cuando, “estamos en un país en que hace muchísimos años hay una separación total entre Iglesia y Estado” y agregó que “tampoco corresponde tener representantes de iglesias en La Moneda, financiamiento en las visitas del líder de la Iglesia Católica a Chile. No se está cumpliendo con lo que dice la Constitución, separación en un Estado laico”.

“Los actos religiosos son religiosos y que vaya el que quiera, pero lo que no puede ser, es que se siga mezclando religión con Estado”, insistió Hirsch.

Por otro lado, el sacerdote jesuita Felipe Berríos, en declaraciones a ADNRadio.cl aseguró que las expresiones contrarias a Michelle Bachelet y algunas de las políticas que ha implementado, durante el Te Deum evangélico, demuestran que «tenemos que luchar por un Estado laico que combata los fanatismos».

El religioso detalló que los credos tienen derecho a rechazar las materias que consideren pertinentes, pero que «una cosa es no estar de acuerdo y poder dar razones» y  «otra es insultar y tratar de asesinos a quienes piensan distinto». «Ahí se pasa un límite que no hay que aceptar«, dijo en Mediodía en ADN.

«Le tengo mucho respeto al evangélico, por eso me dolió lo de ayer (domingo). Tú no invitas a alguien a tu casa para insultarlo. Una cosa son los insultos de la gente, pero también creo que al tono de algunos discursos se les pasó la mano», dijo.

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