Elecciones en Chile: Piñera moviliza a sus electores y logra amplio triunfo en la segunda vuelta

Gilberto

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Por Gilberto Lopes (gilberto.lopes@ucr.ac.cr) – Especial para la revista IL

El candidato conservador a la presidencia de Chile, Sebastián Piñera, logró una cómoda victoria de más de 600 mil votos en la segunda vuelta celebrada en Chile este domingo, frente al candidato de la coalición gubernamental, Alejandro Guillier, un resultado que no dejó de sorprender a todos, pues se esperaba una diferencia estrecha entre los dos aspirantes.

Si bien Guillier partió en desventaja, según las encuestas previas a la primera ronda electoral, los resultados del pasado 19 de noviembre parecían ponerlo como favorito para la segunda. Sus posibilidades (con un escaso 22%) se multiplicaban, sobre todo con el sorprendente resultado del Frente Amplio, que le pisó los talones, con un 20%. Sumados a los de la Democracia Cristiana y a los de Marco Enríquez-Ominami, eran suficientes para superar el 50%.

Pero estas cuentas simples barrían debajo de la alfombra la posición de poco más de 50% del electorado que no había acudido a las urnas. Y una parte importante de esos electores (suficiente para darle el holgado triunfo a Piñera en la segunda vuelta) emergió de la sombra y salió a votar. Y así Piñera ganó.

Cristóbal Cortés y Eduardo Santa Cruz, en un artículo en El Desconcierto, resumen así el resultado: “El hecho primero a destacar es que Sebastián Piñera se convierte en el presidente con mayor cantidad de votación desde Eduardo Frei Ruiz-Tagle (1994), en una segunda vuelta en que el total de votación aumenta en más 310 mil votos y en que Piñera crece en más de 850 mil votos respecto de la suma de su votación y la de José Antonio Kast en primera vuelta”. Kast, que con casi 8% de los votos reivindicaba abiertamente la herencia de Pinochet, se sumó a la campaña. Pero sus votos, y el 36% de Piñera, no alcanzaban.

En otras palabras, agregan Cortés y Santa Cruz, “poco menos de un millón de votos que se sumaron a Piñera en la segunda vuelta corresponden a un electorado que no había sido movilizado por la derecha en primera vuelta”. No descartan del todo las transferencias de votos de los candidatos perdedores de la primera vuelta, pero destacan la importancia de “un número no despreciable de votantes nuevos” en el resultado de este domingo. “Esto les permitió romper el techo histórico de la votación de la derecha en la historia política reciente”, concluyen, no sin antes destacar que aunque Guillier hubiese logrado sumar todos los votos de los candidatos perdedores emitidos en noviembre, no le alcanzaba para derrotar a Piñera, en el escenario que se dio este domingo. Era indispensable haber hurgado también en las intenciones de los que no votaron. Y Guillier no logró ninguna de las dos cosas.

“El margen con que ganó Sebastián Piñera no sorprende tanto como nos sorprende que existan unos 400 mil votos nuevos que no estaban en nuestros cálculos. Nosotros no fuimos capaces de ganar votos nuevos y en eso nos ganó la derecha”, dijo el presidente del Partido Comunista, Guillermo Teillier.

Explicaciones

Hasta aquí las cifras. Otra cosa es la explicación de lo que ocurrió. Naturalmente, diversas interpretaciones han surgido ya en las primeras horas después del conteo de votos.

“No haber sabido entusiasmar a la gente más allá del rechazo a Piñera, la falta de renovación de sus caras y, especialmente, los problemas de unidad al interior de la coalición, son los errores más mencionados desde la Nueva Mayoría como crítica a sí misma”, menciona Paula Aguirre en El Desconcierto.

“Piñera ganó en nueve de las diez comunas que según la encuesta Casen 2015 son las más pobres del país. Es por esto que se vio a diversos políticos de Chile Vamos destacando esa actitud más cercana a la gente como un elemento importante en la configuración de una nueva derecha”, comentaron Pablo Álvarez y Francisco Parra, también en El Desconcierto. Hablan de una nueva “derecha social”, que salió a la calle a batir barro. “En esta segunda vuelta logramos volcarnos a las calles y tomárnoslas, es nuestro sector el que se tomó las calles y no el oficialismo —dijo el senador Francisco Chahuán, primera mayoría en las últimas elecciones senatoriales, en conversación con El Desconcierto—.

O, como dijo el alcalde de Santiago, Felipe Alessandri: Esperemos que se conforme una nueva derecha liberal, que escuche a la gente, de menos oficinas y más terreno. Un poco el reflejo de esta municipalidad. El 70% de mi tiempo estoy en la calle, visitando organizaciones, juntas de vecinos, en la feria, eso es lo que la gente quiere ver.

Para Giorgio Jackson, diputado de Renovación Democrática, el grupo más importante del Frente Amplio, la derecha mostró “mucho más hambre de triunfo que la Nueva Mayoría”, la coalición de gobierno que representaba Guillier. “Mostraron mucho más pragmatismo, más unidad, más disciplina y estuvieron dispuestos a recoger propuestas de donde fuera para acercarse a un relato que les permitiera mostrar esa unidad”.

Para Jorge Sharp, alcalde de Valparaíso y una de las figuras jóvenes de la política chilena, lo que terminó de resolverse con la segunda vuelta fue “el fin de una época política en nuestro país, que tiene que ver con que el sentido común de la derecha, el proyecto que propone la derecha, consigue un actualizado y amplio apoyo”. A mi juicio, agregó, “el votante de Piñera no es un votante ideológicamente de derecha, sino que hoy día se vio identificado, en la perspectiva de la solución de sus problemas y de los de la sociedad, con el proyecto que propone la derecha”.

Para el Premio Nacional de Ciencias de Chile, el astrónomo José Maza, Piñera representa lo que “en el fondo representaba la estructura política de Pinochet”, cuando “el lema era cuidar a los ricos por el chorreo, para que la clase media suba».

En cuanto al nuevo Gobierno, dice Maza al diario El Mostrador, el país va a funcionar bien, «la gerencia va a andar bien, y la bolsa mañana va a estar contenta. La economía se seguirá moviendo, y los señores, en vez de invertir en otros lados, traerán los capitales y los invertirán de nuevo en Chile».

«Va a ser un Gobierno eficiente. Él es un excelente gerente, organizador, un tipo con grandes capacidades para gerenciar algo. Además el país anduvo bien durante su primer Gobierno, no se hundió ni mucho menos».

Sin embargo, agregó, «yo tengo la visión de un país mucho más culto, más tranquilo, más solidario y amable que este país de la hipercompetencia, donde todo se evalúa”. Y se lamentó de que los países desarrollados gastan 4% del PIB en ciencia, mientras Chile llega apenas al 0,4%, una décima parte de eso.

Escenario futuro

La expectativa de la derecha chilena, como publicó el director de la revista The Clinic, Patricio Fernández, en el NYT el 31 de octubre pasado, es inaugurar un nuevo período en la política del país que “implicaría un salto civilizatorio para la política nacional y latinoamericana”.

Para Fernández, “la disyuntiva con que se las verá el gobierno de Sebastián Piñera: la búsqueda del sostén de unos pocos pero poderosos ultraconservadores, o la construcción de una mayoría con la que amasar una nueva cultura de derecha democrática”.

“Aquí van a haber competencias en el futuro entre la derecha económica y pinochetista con la derecha social, y yo sé que vamos a ganar nosotros», dijo el senador Manuel José Ossandón, quien disputó la candidatura presidencial de la derecha con Piñera, del que se alejó durante la campaña en primera vuelta.

En todo caso, los resultados implicarán un reacomodo de todas las fuerzas políticas chilenas. En primer lugar, con la irrupción de la bancada del Frente Amplio que, con sus 20 diputados, superó todas las expectativas. La fuerza de la Mayoría, que agrupaba a los partidos del actual gobierno, sin la Democracia Cristiana, logró 43 escaños. Los Demócrata Cristianos van a tener 14 diputados, en la Cámara que asume en marzo próximo. La coalición de Piñera tiene las dos principales bancadas, la de Renovación Nacional, con 36 diputados y la de la UDI, con 30, a los que se suma EVOP con seis. 72 diputados, en una cámara de 155. Sin mayoría en el congreso, Piñera tendrá que buscar apoyos más allá de los que lo apoyaron en estas elecciones.

 

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