Evolucionismo en charlas científicas con el dr. Rodrigo Medel

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Por Eduardo Quiroz

En el marco del 79° aniversario de la logia masónica “Luz de Oriente N°74”, perteneciente a la Gran Logia de Chile, y en las dependencias del Auditorio Citerior del edificio matriz de dicha institución, se llevó a cabo un ciclo de charlas científicas gratuitas, dictadas por investigadores de renombre en cada una de sus áreas respectivas.

En ese contexto, el pasado lunes 14 de mayo, el doctor en biología y profesor titular de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile Rodrigo Medel, autor asimismo de varios libros y publicaciones de su temática, fue el expositor de la segunda charla de este ciclo de cuatro (la primera estuvo a cargo de Lorena Valderrama sobre Astronomía en Chile) con un impresionante marco de público por lo que fue considerada todo un éxito tanto por los organizadores como por los asistentes.

El público comprendía un espectro tan diverso que abarcaba desde estudiantes y profesionales del teatro hasta doctores en biología, pasando por ingenieros, científicos de otras especialidades, periodistas, estudiantes, académicos y empresarios sin relación alguna con la ciencia, lo cual indica que la ciencia no es interés, campo cerrado ni dedicación exclusiva de un reducido grupo de particulares, sino que llama la atención y atrae y convoca a un número considerable y variopinto de personas, sin importar sexo, ocupación profesional, edad (había desde púberes hasta octogenarios) ni algún otro factor que permita segmentar. La diversidad era notoria.

“Bases filosóficas de la teoría de la evolución” era el título de la charla bajo el cual, con dominio y maestría, el doctor Medel presentó en detalle, de manera muy precisa e inequívoca, las razones por las que la llamada “teoría de la evolución” se ganó el merecido título del evento más importante en la ciencia, incluso -en palabras de Medel- por sobre el avance copernicano. En el marco de esa explicación, demostró cómo los postulados de Darwin, inspirados por Lamarck, fueron desplazando los de la filosofía y teología que le precedían y los dejaba obsoletos. En detalle, dio cuenta cómo la arborización dinámica se sobrepuso a la escala natural, la ontología poblacional a la organísmica, el naturalismo al esencialismo platónico, la causalidad eficiente a la final aristotélica, el externalismo materialista al internalismo metafísico y cómo los sistemas complejos reemplazaron al inductivismo de Sir Francis Bacon. Finalizó la charla con un impecable razonamiento acerca de las razones que llevaron a Darwin y su teoría al lugar que ocupa, para luego dar paso a las preguntas, las que, dada la alta convocatoria e interés del público, se debieron reducir a cinco, quedando más de ese número sin ser realizadas, tras más de noventa minutos entre charla y ciclo preguntas-respuestas.

Tras la exposición, la organización dispuso un cóctel, donde, como Iniciativa Laicista, tuvimos la oportunidad de compartir con este hombre de ciencia y filósofo y entablar una conversación. Dada la alta demanda del resto de los asistentes y, a esa altura, comensales que había por sostener un diálogo con el científico, el cual no queríamos, por ningún motivo, impedir o dificultar, intercambiamos datos de contacto para poder realizar un poco más en extenso algunas breves preguntas, las que con agrado, presentamos a continuación:

 

¿Qué opinas de el ciclo de charlas científicas que está realizando ChileCientífico y cómo crees que aportan a la educación de la sociedad en general? 

En mi opinión la labor que está efectuando ChileCientífico es muy destacada. Se trata de una iniciativa que ha ido cobrando cada vez más presencia y protagonismo en la divulgación de la ciencia y sus circunstancias en el país. Tengo la impresión que se trata de un intento por dotar no sólo de conocimiento científico a la ciudadanía sino también de reflexión respecto al estado de la ciencia en Chile, y con ello incrementar la valoración de la actividad por la sociedad. Me consta que las charlas y ciclos coordinados por ChileCientífico están siendo muy bien valorados por distintos actores sociales, incluyendo académicos, estudiantes y ciudadanía en general. Lo importante es que la fuerza que ya ha adquirido la iniciativa no se agote por falta de apoyo ni financiamiento externo.

 ¿Por qué crees que la teoría de la evolución aún no toma, en la población general, la que llega incluso al extremo del creacionismo, la posición que debe tener? ¿qué se puede hacer al respecto?

 La evolución es una disciplina científica que además de los aspectos metodológicos específicos que caracterizan a cualquier ciencia contiene en su estructura una serie de consideraciones respecto al mundo que tocan más cercanamente los sistemas de creencias de la sociedad. Por ejemplo, algunos conceptos claves y de gran profundidad como adaptación y selección natural, entre otros, son verdaderos pilares ontológicos que especifican una cierta visión del mundo natural que la mayor parte de las veces antagoniza con las creencias religiosas de la sociedad. Esto ya lo experimentó Darwin en su momento al contraponer un naturalismo a una agencia religiosa como motor de la diversificación de la vida. En nuestro país, que como sabemos cuenta con altos índices de religiosidad, es de alguna manera esperable que exista, al menos hasta hace algún tiempo, una cierta resistencia de la sociedad a aceptar la evolución como una disciplina científica que cuenta con un amplio espectro de teorías corroboradas empíricamente y también por cierto con teorías sobre las cuales los científicos aún no se ponen de acuerdo, como corresponde a cualquier ciencia dinámica y activa. Para mi, hay tres formas de aumentar el conocimiento de la evolución en la sociedad. Primero, a través de actividades curriculares en los centros de educación ya sea universitarios o de enseñanza básica y media. Eso implica una reforma al currículo existente incorporando explícitamente la evolución como una materia de primera importancia. Algo de eso ya se ha hecho en nuestro país en los últimos años. Segundo, mediante charlas de difusión a la ciudadanía. Muchos de nosotros hacemos charlas regularmente y tengo la impresión que ha habido un saludable aumento en este tipo de actividades en el último tiempo, aunque todavía es insuficiente, para mi gusto. Tercero, y tal vez más importante, es importante otorgar a los infantes una interpretación naturalista del mundo, en el sentido que el mundo ocurre y existe como resultado de procesos naturales y materiales y no debido a un creador superior. Mientras antes se dote a los niños con esa interpretación es mejor, ya con ello se evita el adoctrinamiento religioso posterior que recibirán desde múltiples ángulos en el futuro. Esto no quiere decir que despojemos a los niños del pensamiento mágico y lúdico propio de la niñez sino que consideren el poder de la naturaleza en moldear el mundo tal y como lo vemos. Esa es una idea muy poderosa que los va a preparar para interpretar racionalmente la realidad en el futuro.

 Desde hace un tiempo el gobierno de turno ha intentado bajar las asignaturas de Filosofìa y Ciencias Naturales en todos los niveles de la educación. No así la asignatura de religión, que en Chile es más catecismo de un dogma particular que un repaso cultural o histórico por alguna de ellas. ¿Cómo crees que eso afecta el librepensamiento y desarrollo de los estudiantes?

En general los gobiernos han sido relativamente proclives privilegiar la enseñanza de la religión por sobre otras materias. Es el caso que ha habido propuestas de reducir la enseñanza de ramos de primera importancia como son la filosofía y las ciencias naturales. Eso es a todas luces un despropósito por razones que todos conocemos. La situación de la religión es muy interesante porque aún cuando sin duda ha desempeñado un papel fundamental en la cultura e historia de la humanidad, muchas veces no se enseña como tal sino como un conjunto de preceptos ya aceptados y validados a priori, lo que evidentemente constituye una afrenta al librepensamiento de los educandos. En casi todos los estamentos de nuestra sociedad existe un sesgo hacia la aceptación de creencias religiosas y la enseñanza no es la excepción. Eso en principio puede no ser pernicioso, siempre y cuando no antagonice con el desarrollo de las ciencias y en particular de la evolución. Finalmente, no olvidemos que en términos epistémicos, al igual que la religión la ciencia también es un conjunto de creencias, solo que tales creencias son justificadas racional y empíricamente. Eso marca una tremenda diferencia entre ambos dominios.

Hasta ahí las preguntas al dr. Medel a quien, de paso, agradecemos por su amabilidad y por haber hecho un espacio en su ocupada agenda para conversar presencial y electrónicamente con Iniciativa Laicista.

El ciclo de charlas continuó el 22 de mayo con una conferencia del doctor Sebastián Escobar, fundador de ChileCientífico y concluyó el 28 de mayo con la exposición del doctor Jorge Babul, presidente de la Sociedad Científica de Chile y uno de los candidatos naturales al Ministerio de Ciencia recientemente creado.

 

 

 

 

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