Por José Miguel Corral
El proyecto, además, beneficiaría a mujeres solteras adscritas al sistema público de salud galo.
El gobierno del presidente Emmanuel Macron enviará durante las próximas semanas el proyecto de reproducción asistida a parejas lesbianas y mujeres solteras en el sistema público de salud francés. La iniciativa se hará llegar a la Asamblea Nacional la primera quincena de septiembre, y contempla, asimismo, mantener la prohibición de los llamados vientres de alquiler, por cuanto este tipo de práctica resultaría atentatoria con “el respeto de los principios fundadores de nuestro derecho a la bioética, que son la dignidad humana y la no mercantilización del cuerpo humano”.
Dicha iniciativa –una promesa de campaña del actual mandatario- comenzó a tomar forma sólo después de que la instancia de consulta sobre temas éticos de Francia la aprobara, aunque no de forma unánime. El procedimiento de fertilización y reproducción asistida está, desde 1994, restringido sólo a parejas heterosexuales en Francia; si la moción se aprueba en la Asamblea Nacional, dicha reforma alcanzaría a todo el universo femenino del país, al igual que lo que sucede en España.
“La sociedad ha evolucionado en términos de diversidad de modelos familiares y de su aceptación”, argumentó la secretaria de Salud, Agnès Buzyn, una de las tres responsables, con sus homólogos de Justicia y de Investigación, de redactar el proyecto de ley que, según el Elíseo, mantiene un “equilibrio entre el respeto de la dignidad de la persona humana, la libertad de elección de cada uno y la solidaridad entre todos”. La normativa consta en total de 32 artículos, pero ha sido la cuestión de la ampliación de la reproducción asistida la que ha centrado la mayor parte de los debates, en virtud de las recientes manifestaciones en contra por parte de grupos conservadores, algo casi habitual en todas partes del mundo, considerando que estos mismos círculos se opusieron al matrimonio homosexual, aprobado durante la administración del ex presidente socialista François Hollande.
“No hay un derecho a tener un hijo, pero sí hay un derecho de los niños, y el primero de sus derechos es tener a la vez un padre y una madre”, espetó el eurodiputado del ultraderechista Reagrupamiento Nacional, Jordan Bardella, quien, al mismo tiempo, habría exigido al gobierno una consulta popular sobre este tema.
De acuerdo a lo informado por la secretaria de Salud gala, esta reforma tiene un coste adicional de 10 a 15 millones de euros en materia de reembolso del procedimiento por parte de la Seguridad Social, como ya lo hace con las parejas heterosexuales. Actualmente, la reproducción asistida supone un coste a las arcas estatales de unos 300 millones de euros.
En función de esta nueva normativa, se prevé un “nuevo modo de filiación” en el que se entregará una “declaración anticipada de voluntad” que habrá que firmar ante notario. De esta manera, según el Gobierno, se permitirá que los dos miembros de la pareja se conviertan “juntas, desde el nacimiento, en las madres del bebé nacido del procedimiento de reproducción asistida al que ambas han consentido también de manera conjunta”.
Otro aspecto relevante de este proyecto de ley es que contempla nuevos derechos para los niños nacidos de donaciones de esperma, como por ejemplo el acceso de éstos a la identidad del donante (las características físicas o la identificación completa del mismo), cuando lleguen a su mayoría de edad. Para ello, se creará una comisión especial y una base de donantes centralizada y “segura” que estará a cargo de la agencia de la biomedicina. Con ello, se pone fin a la discrecionalidad o anonimato de los donantes, algo que ocurría en Francia desde los años setenta. Del mismo modo, el proyecto considera mantener la prohibición de que el donante elija la pareja a la que quiera donar su esperma y, también, que esta pueda elegir un donante concreto.
