Diálogo Abierto con el filósofo español Jordi Riba: “Nada serio se puede construir sin la filosofía”.

Entrevista de Heber Leal

IL.- Estimado Jordi ¿Cómo visualizas la contribución del filósofo francés Alain Badiou a las distintas ramas de la filosofía en la actualidad? En nuestro país se trata de un pensador poco abordado, salvo las experiencias de sus emisiones críticas en los medios de comunicación: hemos visto, por ejemplo, sus diálogos televisivos con Michel Onfray, entre otros panelistas, sobre politología.

JR.- Badiou, como dices, es un filósofo dispuesto siempre a bajar a la arena de la política y a debatir de ello con sus más opuestos oponentes. Cierto es que lo hace con un gran bagaje filosófico detrás. Es interesante remarcar que el planteamiento filosófico es del todo distinto a los demás grandes nombres de la filosofía contemporánea. Ello es debido a que Badiou no renuncia al concepto clave de todo el pensamiento occidental desde sus orígenes, como es el concepto de verdad. Para ello Badiou se vincula a la filosofía más clásica, donde ese concepto se estableció como esencial; pero a la vez es susceptible por parte de Badiou, y así lo hace, de ser retomado en la actualidad sin perjuicio de actualización. Esta filosofía  a la cual Badiou se vincula desde sus orígenes es nada más ni nada menos que el platonismo.

Badiou siempre ha tenido un gran interés por la filosofía de las matemáticas y por la metafísica. Cosa nada habitual entre los marxistas, a pesar de que Marx se interesó por cálculo infinitesimal entre 1873 y 1883. Para Badiou, las matemáticas son muy importantes por la vinculación que tienen con el platonismo. Pero, sin duda, Badiou es un platónico contemporáneo. El se presenta, así, de la mano de una concepción de Platón que se encuentra más en el sentido de contemporaneidad que ello representa, dicho en palabras de Agamben, como una filosofía intempestiva, más que presentarse como un especialista más de la filosofía platónica. Dicho de otra manera, aquello que le interesa a Badiou de Platón es que este antepone la idea a la opinión. Y ello es relevante hoy en día, porque sin la idea, leída por Badiou en términos contemporáneos, pero no exenta del valor de referencia que le otorga Platón, sin la idea entramos en un marco de incertidumbre que nos aboca a la post-verdad.

IL.- Tenemos conocimiento de que has publicado un trabajo precisamente sobre Alain Badiou. ¿Nos podrías contar cuáles son las reflexiones más importantes que extraes de ese trabajo y en qué contexto lo abordaste?

JR.- La obra de Badiou es extensísima y muy compleja. Bien que afortunadamente Badiou ha sabido darle ciertas modulaciones que permite ser leída por un público amplio. La importancia, como siempre, puede ser vista desde diversas maneras, pero en este caso concreto referido a la filosofía de Badiou, diría que estamos frente a un autor de gran potencial argumentativo y de una filosofía dotada de gran originalidad respecto del resto de filosofías de ámbito mundial. Lo es por diversas razones, como he explicado en mi libro Alain Badiou, l’Allò polític i la política (Gedisa, Barcelona, 2018) que en enero de 2022 verá su edición en castellano.

IL.- Indícanos, por favor, de acuerdo a tu experiencia, ¿cuáles crees que son los textos cardinales de Alain Badieu, al menos para poder iniciar el recorrido de sus ideas y así extraer una caja de herramientas conceptuales mínima que nos permita comprender “lo político”?

JR.- Como te decía, Badiou es un autor que ha sabido modular su pensamiento en distintas franjas de complejidad de sus trabajos. Tenemos en primer lugar los grandes textos de gran contenido conceptual como son El ser y el acontecimiento, Las lógicas de los mundos y la Inmanencia de las verdades. Por debajo de estos se encuentran los textos focalizados en distintas áreas del conocimiento filosófico. En este ámbito me gusta destacar el libro Condiciones, donde Badiou expone de manera diáfana el lugar de lo filosófico en los distintos contextos del conocimiento humano. La obra de Badiou es extensa. No ha dejado de publicar desde hace más de 50 años, por ello es difícil traer a la luz una relación de textos concretos. En este sentido, me parece interesante realizar una lectura de sus Manifiestos por la filosofía, escritos en distintos periodos de la crisis filosófica, de la cual Badiou quiere alejarnos. También son interesantes los llamados Elogios. En forma de cuatro libros recoge las cuatro condiciones de lo filosófico: la política, la ciencia, el arte y el amor.

Finalmente, tenemos a un Badiou literato, especialmente autor de obras teatrales.

IL.- En un mundo como hoy, bastante tecnificado y con formas de acción trazadas por la banalidad –como diría Hannah Arendt– ¿qué análisis nos propones tú para que la juventud desarrolle el pensamiento crítico, propio de la labor filosófica?

JR.- Diría con Badiou que la filosofía es fundamental. Es el asidero desde donde construir el pensamiento. Nada serio se puede construir sin la filosofía. Esta vista desde la perspectiva del filósofo francés posee en ella misma el reclamo necesario y la transversalidad efectiva para articular, desde ella, un pensamiento crítico que no se avenga fácilmente con lo establecido. El trabajo de lo filosófico es un trabajo sin fin. Un trabajo que no se asienta en ninguna idea establecida y desoye todo aquello que no le llegue por los caminos intrincados del proceso de verdades. Estas verdades son inmanentes y por ello siempre en proceso de configuración y de asentamiento. La política, dice Badiou, es el terreno fértil para lo peor y para lo mejor del vivir humano. La buena vida, término también adoptado por Badiou, no se puede concebir sin la idea y esta es lo contrario de lo banal y de lo opinable.

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