Por Sylvie R. Moulin.-
En su último libro, Le laboureur et les mangeurs de vent (El labrador y los comedores de viento, Editions Odile Jacob, 2022), Boris Cyrulnik describe el mundo como un conflicto entre los “labradores”, que aceptan la duda y la búsqueda y piensan de manera autónoma, y los “comedores de viento” que se someten con alivio a las arengas sin sentido de los dirigentes despóticos quienes, a veces, llegan hasta el genocidio. Analiza la seducción que ejercen los discursos de autoridad y la tendencia humana a someterse a ellos: según él, cuando una época cruza una desorganización de cualquier tipo – social, sanitaria, económica, militar, incluso climática -, los “comedores de viento” pierden la cabeza aún más que los otros y aprovechan las circunstancias para
manifestarse.