Director de Charlie Hebdo en Buenos Aires

Para el diario Clarín de Buenos Aires, la periodista Patricia Kolesnicov entrevistó a Gérard Biard, actual director de Charlie Hebdo, quien se encuentra en esa ciudad, participando en un encuentro internacional de pensadores. Su vida, dice la periodista está marcada desde que, en enero de 2015, dos hombres entraron a la redacción de ese semanario satírico al grito de «Alá es grande», matando a 12 personas a los tiros, entre los cuales estaba su antecesor en la dirección del medio. El motivo que esgrimieron los asesinos, fue por haber publicado el semanario diversas viñetas, supuestamente burlándose de Mahoma.

 “Fue un tiro al corazón de la idea de la libertad de expresión en que se han fundado las democracias occidentales – dice Patricia Kolesnicov. – Y por la herida que abrió ese tiro se colaron preguntas antes inaceptables: ¿Es legítimo poner límites a la libertad de expresión? ¿Es válido hacer callar a quien ofende? De lo que siguió: ¿Acaso ofender es necesario para garantizar la libertad de expresión, dado que para tirar flores nadie la necesita?”.

“Somos un periódico viejo, de los años 70 – dice Biard de de Charlei Hebdo – que tuvo una pausa de 1980 a 1992 y volvió con periodistas históricos y otros nuevos. Siempre había sido un periódico satírico y político pero no se puede hacer sátira política en estos días como se hacía en los 70. En los 80 apareció una emisión de televisión muy popular, Les Guignols, actuada por marionetas que eran caricaturas de políticos, de artistas, de cantantes, y que comentaba la actualidad. Generalizaron una forma de sátira muy violenta, muy comprometida. Lo transgresor que tenía Charlie Hebdo tenía que ir por fuera de eso. Hubo que ser más agudos. Pero también el mundo había cambiado y políticamente un periódico de izquierda como Charlie Hebdo no podía tener la misma posición que en los años 70. Por ejemplo, tuvimos un enorme debate interno sobre la guerra de Kosovo, sobre si estábamos de acuerdo con una intervención militar para detener una limpieza étnica si nos manteníamos con nuestra postura tradicional, que era pacifista. El slogan de Charlie Hebdo era «Abajo todas las armas».

En la entrevista  Biard dice que considera que hay tres momentos en la historia del laicismo. Uno en el siglo XVII, cuando Enrique IV da derechos políticos a los hugonotes (que eran protestantes). Al hacer eso, en cierta manera dijo que el Estado no tenía una religión oficial porque le dio derechos políticos a otra religión. El segundo momento es la Revolución Francesa, por supuesto. Ahí nació la filosofía del laicismo y hubo una acción muy fuerte: matar al rey, que era el representante de Dios. Es decir, nosotros, los franceses, matamos a Dios. Y el tercer momento es 1905, con la ley de completa separación de la iglesia del Estado. Y algo más: el secularismo anglosajón dice que el Estado no interfiere en asuntos religiosos. El francés es al revés: es la religión la que no se mete con los asuntos del Estado.

Analizando los hechos de violencia relacionado con las religiones expresa queEl Islam es una religión, por supuesto, pero sobre todo es política… Es absurdo decir que el islamismo no tiene nada que ver con el Islam y que el terrorismo islámico no tiene nada que ver con el Islam. Es como decir que la Inquisición no tuvo nada que ver con el catolicismo. Decir que el Islam es una religión de paz no significa nada, ninguna religión es absolutamente de paz o de guerra, es algo que la gente usa para sí misma o para controlar a otra gente. Y la religión no es más que una idea…Y cuando vamos al terreno político, la religión es totalitarismo. Porque esta es la verdad, nuestra ley es la verdad: no puedes discutir mi ley, no puedes cambiarla, no puedes ni decir que no estás de acuerdo.

Señala su crítica absoluta a la posición de las izquierdas en Europa señalando: “En Francia y en otros países la izquierda se olvidó de que estaba contra la religión….Porque el Islam hoy es la religión de los desposeídos. El error de la izquierda es confundir la religión con la condición social”. Luego agrega que “la izquierda no quiso decir que la situación social no se resuelve a través de la religión y permitió que se dijera que una religión iba a permitir a las clases sociales relegadas salir de allí. Y han aceptado que se les dieran derechos religiosos en vez de derechos sociales”.

Sobre los debates respecto de la burka en Francia, afirma que esa prenda no es feminista. ¿Alguna vez te pusiste una? …Yo sí. No es sólo lo que se ve de afuera, es decir, un fantasma. Desde adentro no se ve nada. No se ve el mundo. La burka no es un símbolo religioso, es una herramienta para apartar a las mujeres del espacio público. Sé que hay feministas que lo defienden.

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