Sapere Aude – Rogelio Rodríguez
APOROFOBIA
Es palabra compuesta derivada del griego, introducida en nuestro léxico por la filósofa española Adela Cortina. Proveniente de áporos (sin recursos) y de fobia (temor, rechazo), es un concepto nuevo que nombra un fenómeno viejo, viejísimo como el mundo: el miedo, la aversión y el desprecio que se sienten por los pobres, los desamparados, los que no tienen nada que ofrecer.
Se hermana este concepto con otros que aparecen frecuentemente en los diagnósticos políticos y sociales de nuestro tiempo: xenofobia, islamofobia, homofobia… Términos que indican rechazos a grupos de personas motivados por prejuicios hacia el diferente y de distinta condición –cultural, religiosa, sexual– que la propia.
Adela Cortina introdujo este término en algunas columnas de opinión en la prensa española y luego volcó toda una reflexión humanista a partir de él en su libro Aporofobia, el rechazo al pobre, a la venta ya en nuestras librerías.
Es preciso nombrar un fenómeno –nos dice la autora– para reconocerlo y prevenirse frente a él. El hecho de saber cómo se llama una realidad nos permite tomar conciencia más claramente de ella y tratar de erradicarla.
Cortina señala que ‘aporofobia’ resulta ser más apropiado que ‘xenofobia’ para definir las conductas que se ejercen actualmente frente a los extranjeros, inmigrantes y refugiados. Porque hay extranjeros y extranjeros: a los turistas y a los forasteros profesionales que llegan a servir a un país no se los maltrata; al contrario, se los trata con todo miramiento. Los que molestan son los extranjeros pobres, los que parece que no pueden traer dinero ni beneficios, los que no tienen para devolver nada a cambio, los que solo plantean problemas. Con ellos se olvidan las leyes de la hospitalidad.
El desprecio a quien no tiene recursos es una violación de la dignidad de las personas concretas y un reconocido atentado contra la democracia, cuyos valores supremos son la libertad y la igualdad de los seres humanos. Nuestra filósofa apela a la educación –formal e informal– y a la construcción de instituciones que velen por el respeto activo a la igual dignidad de todas las personas en la vida cotidiana para ir superando, en nuestra sociedad, toda forma de discriminación inhumana.
No hay dudas de que la noción aporofobia ha venido a llenar un vacío y es necesario incorporarla a nuestro vocabulario y aplicarla allí donde certeramente calza –donde se margina, se ofende y se agrede al pobre, venga este de allende las fronteras o pertenezca a nuestra propia familia. A partir de diciembre del 2017 ya ha sido admitida por el Diccionario de la Lengua Española publicado por la RAE, obteniendo carta de naturaleza en el mundo hispano-hablante, y ha sido elegida “palabra del año 2017” por la Fundación del Español Urgente que promueven la Agencia EFE y el BBVA.
APOROFOBIA, EL RECHAZO AL POBRE, de Adela Cortina. Editorial Paidós, Buenos Aires, 2017