Los niños y adolescentes son cada vez más importantes en el desarrollo de la sociedad en nuestro mundo. Son ellos quienes representan el futuro y, pese a ello, muchas veces se ven absolutamente desprotegidos por los estados. Precisamente estos descuidos han llevado a los jóvenes a ser uno de los grupos demográficos más afectados por la pandemia a nivel general. Tanto la falta de relaciones interpersonales como el poco conocimiento que se tiene de sus problemas emocionales los han llevado a la desprotección y al desequilibrio en varios casos.
En el Diálogo Abierto de esta semana conversamos con DENISE OYARZÚN GÓMEZ, Doctora en Psicología por la Universidad de Girona, España, y académica de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Central.
Entrevista de Gabriel Palma Garrido
IL.- ¿Cuánto dura la adolescencia que conocemos hoy en día? ¿Con esto ha cambiado el concepto de adolescencia temprana?
DO.- La adolescencia es un período del ciclo vital de una persona que tiene una duración diferente según los cambios biopsicosociales que se producen. En términos generales, se señala que la adolescencia abarca entre los 10 y 18 años, período en el que se producen más cambios biológicos.
Es importante considerar que existen otras perspectivas teóricas que refieren a las juventudes en plural y focalizan en el desarrollo social, histórico y cultural de cada sociedad o país para comprender este período de la vida. Estas perspectivas son abordadas, principalmente, por autores(as) de países latinoamericanos entendiendo que no hay una única forma de ser joven sino múltiples.
La adolescencia temprana es el período del ciclo vital donde se producen cambios biológicos y físicos en mujeres y hombres. Según las perspectivas biomédicas, generalmente estos cambios ocurren en la entre los 10 y 12 años durante la adolescencia temprana.
IL.- ¿Se ha visto afectada la salud mental de nuestros adolescentes con la pandemia? ¿Hay estudios sobre esto comparando jóvenes de zonas rurales de nuestro país con adolescentes de zonas urbanas?
DO.- La salud mental de la población adolescente se ha visto afectada, puesto que se está enfrentando un evento adverso: la pandemia por COVID-19 o crisis sociosanitaria a nivel mundial. En este sentido, la pandemia constituye un factor estresor para la mayoría de las personas. Diversos estudios nacionales, como los del Instituto Nacional de la Juventud [INJUV], han reportado el aumento de síntomas como la ansiedad, tensión y estrés en jóvenes chilenos.
La mayoría de los estudios nacionales e internacionales de diferentes organizaciones públicas o privadas tienden a no diferenciar entre jóvenes de zonas urbanas y rurales de un país. Para conocer cómo se ha afectado la salud mental de adolescentes rurales es necesario revisar estudios de organizaciones especializadas en el sector rural.
IL.- ¿Han cambiado los adolescentes desde el siglo XX a la fecha en Chile?
DO.- Desde perspectivas antropológicas y sociológicas los cambios sociales, históricos, políticos y culturales de adolescentes son más evidentes. Desde perspectivas biopsicológicas se mantienen los cambios descritos según el período normativo del ciclo vital. Otras perspectivas describen cambios en adolescentes y jóvenes según las generaciones X, Y, Z que se clasifican por los años de nacimiento asociados a ciertas características psicosociales propias de cada generación.
IL.- ¿Qué piensa de tantas conductas delictuales (como aparecen en la TV) cometidas últimamente por adolescentes?
DO.- En los medios de comunicación chilena hay un especial interés por reportear las conductas delictuales de adolescentes y jóvenes, considerando que algunos de ellos posiblemente han sido categorizados como jóvenes infractores de ley. Algunos jóvenes, los infractores de ley, son atendidos en centros del Servicio Nacional de Menores [SENAME], pero según los reportajes sus tratamientos no han sido efectivos. No obstante, desde la perspectiva de los equipos de intervención sí es posible generar cambios en las conductas delictuales de algunos de estos jóvenes.
