La Senda de los Elefantes

elephant, forest, nature-4461911.jpg

Nibaldo Acero

  • Texto leído en el lanzamiento del libro Letra revuelta. Literatura, imagen y espacio público en el estallido social (Acero y Cáceres, Narrativa Punto Aparte, 2022), el miércoles 14 de septiembre de 2022.

“Los seres humanos no nacen para siempre el día en que sus madres los alumbran, sino que la vida los obliga a parirse a sí mismos una y otra vez.”

La cita con la que comienzo este discurso, y cuyo autor es Gabriel García Márquez, no la descubrí en La Mala Hora, que es el libro donde está alojada, sino que la conocí a través de Edward Said, quien, la usa como epígrafe en su libro Humanismo. El mismo Edward Said, el prestigioso intelectual palestino que, a sus 64 años, en la frontera entre Israel y El Líbano lanzaba piedras contra la policía, apostada en la reja que separa ambos países.

En otros de sus libros, Representaciones del intelectual, el mismo Said, aquel que lanzaba piedras, nos dice:

“El intelectual que afirma escribir únicamente para sí o por puro afán de aprender o de hacer ciencia abstracta no se le puede ni se le debe creer”.

Hace tres años, aquí, justamente a las afueras del GAM, recibí mis primeros perdigones, los que dieron de lleno en mi hombro y espalda. Andaba aquel día junto a un grupo de jóvenes, lanzando piedras a carabineros, quienes aquí afuera nos hicieron una encerrona y no dudaron en dispararnos a la cara. Y a pesar de que los uniformados no lograron su objetivo de mutilar nuestros ojos, el dolor fue impresionante, fue como sentir diez cuchillas que aterrizaron sobre la carne, pero como ninguna de estas y estos jóvenes mostró un mínimo de lamento ni queja, yo no podía sino estar un poquito a la altura y guardar silencio y aguantar el dolor, callado, y seguir resistiendo.

Al otro día de los perdigones, en la universidad en la que trabajaba, presentábamos junto a las y los colegas, nuestra autoevaluación como carrera ante las decanas, los vicerrectores y ante el rector de la institución. Al finalizar, nos aplaudieron y pasamos a un sofisticado cóctel, fue allí uno de ellos me palmoteó la espalda, a modo de felicitación, lo que me causó nuevamente dolor, pero afortunadamente también me hizo volver de inmediato al día anterior, a la calle, a las lacrimógenas, a las piedras, al chorro del guanaco, en fin, al pan nuestro del día a día, a esa lucha ruda y maravillosa que dábamos y que parecía que no se iba a acabar nunca.

Semanas, meses, en que, cada viernes, veníamos con mi querida amiga Ximena a Plaza Dignidad, como una obrera, como un obrero, que iban a la construcción para remodelar la infraestructura de una ciudad de ricos, para hacerla cálida y bella, pero, sobre todo, hacerla nuestra.

Calles sembradas de rocas y piedras, ornamentada de grafitis y gas pimienta, pero también de ciudadanos que llegaban a regalar sándwiches, que ofrecían agua con bicarbonato para sanar de las lacrimógenas, que ofrecían sus pies para la marcha y su garganta para gritar con todo el ánimo “… el que no salta es paco, el que no salta es paco…”. Días de furia, es cierto, para también de una solidaridad sin precedentes… de valentía, de comunidad, de reencuentro social, de reivindicaciones… Los “débiles” teníamos la pelota de nuestro lado.

 “Los seres humanos no nacen para siempre el día en que sus madres los alumbran, sino que la vida los obliga a parirse a sí mismos una y otra vez.”

Ese octubre de 2019 nos volvimos a parir como país, como sociedad, como barrio, como sujetos y sujetas que, hasta ahí, hacíamos muchas veces de la justicia social apenas un discurso y no una forma de vida, como lo fue desde aquellos días de octubre.

Y como todo parto, hubo signos de alegría, hubo luz, abrazos, esperanza, pero también hubo sangre y mucho dolor. Con mucho respeto lo digo: nos mutilaron, nos mataron, pero aquí seguimos… pariéndonos.

Y nos parimos porque 30 años de gestación ya era demasiado, ni los elefantes demoran tanto. Y aunque hayamos perdido un plebiscito, y nos hayamos embadurnado de furia y amargura, de rabia y desesperanza, y aunque todavía nos duela haber perdido una oportunidad como esa, podemos decir, con temeridad, hasta con desenfado, y siempre con agallas, que probablemente vivamos otro momento de gestación, que probablemente ya nos pariremos de nuevo y, lo mejor de todo, es que nos seguiremos pariendo, una y más veces, las que se necesiten para seguir con los pies y la conciencia en la calle, haciendo de nuestra palabra, de nuestras artes la feliz resistencia que ha sido, incluso antes del octubre aquel: nuestro modo de ganarnos la vida y orgullosamente perderla. Arte cual aullido que defiende los derechos humanos, Arte como forma de vivir la justicia social, apasionada y estéticamente: en la calle… en las ollas comunes… en la escuela más sencilla… en la universidad más emperifollada…   

Seguir pariéndonos es lo que nos queda, con todo el riesgo que ello implica, haciendo de aquel “sueño innombrable e inútil, de la valentía”, como dice un bellísimo poema de Roberto Bolaño, también una forma de vida.

Parirnos como elefantes y continuar en la senda de la lucha, sobre todo ante un creciente fascismo, que naturaliza la violencia contra quienes pensamos, por suerte, demasiado distinto…. Parirnos, lo que muchas veces no significa más que ser buenos seres humanos, sensibles del dolor ajeno, rabiosos y decididos de actuar ante toda injusticia.

Parirnos hasta el cansancio, porque en uno de aquellos miles de partos que viviremos, en alguno, en alguno de aquellos partos, venceremos… y puta madre que será hermoso.

Nibaldo Acero es profesor, escritor y académico. Entusiasta blusero y futbolero, feliz padre de tres hijas. Actualmente, es investigador en la Universidad de Playa Ancha y responsable del proyecto Fondecyt N°11221081, «Ciudad, polifonía y marginalidad: elementos para un análisis intermedial del Infrarrealismo (1975-2015)”.

Leave a Replay

Sobre Nosotros

Colabora con nuestra publicación. Somos una revista sin fines de lucro ni publicidad y queremos mantenernos libres durante toda nuestra existencia.

Librepensamiento 100%.

Social Media

Publicaciones Recientes

Recibe nuestro newsletter

Subscribete a nuestro boletín

No te enviaremos publicidad ni otra información que no sea la publicada por nosotros.