En 1971, el peruano Luis Fernando Figari (en la foto) fundó el Sodalicio de Vida Cristiana, una entidad integrada por creyentes no ordenados y sacerdotes, que hoy está presente en los cinco continentes, incluyendo Chile, donde es propietaria de la Universidad Gabriela Mistral.
Graves denuncias en su contra, por abusos sexuales contra menores, le han marginado de la entidad que ayudó a crear, pero las sanciones que el Vaticano ha aplicado en su contra son las mismas a las que nos tiene acostumbrado: una vida de retiro y oración, que en nada hace justicia a sus víctimas.
Sin embargo, Alessandro Moroni, el superior general del Sodalicio, desde Lima, ha anunciado que pasado mañana 14 de febrero, hará públicos todos los antecedentes que pesan en contra de Figari, por abusos sexuales y maltratos contra integrantes de esa institución, subiendo toda esa información a las redes sociales, según ha informado el diario peruano El Comercio.
Como antecedente previo hay que recordar que el proceso de beatificación del Vicario General del Sodalicio, Germán Doig, fallecido en 2006, debió suspenderse por haber encontrado antecedentes que también lo vinculaban a escándalos sexuales.
